La lucha por el significado

Posted by Georgina Barbosa -

La presente obra pretende mostrar cómo dichos relatos representan, de forma imaginaria, la esencia del proceso del desarrollo humano normal, y cómo logran que éste sea lo suficientemente atractivo como para que el niño se comprometa con él. Este proceso de crecimiento empieza con la resistencia hacia los padres y el temor a la madurez, terminando cuando el joven se ha encontrado ya a sí mismo, ha logrado una independencia psicológica y madurez moral, y no ve ya al otro sexo como algo temible o demoníaco, sino que se siente capaz de relacionarse positivamente con él. En resumen, este sitio explica por qué los cuentos de hadas brindan contribuciones psicológicas tan positivas al crecimiento interno del niño".

Es muy importante, en estos momentos de transición en que una generación como decíamos en la introducción debe asumir una tarea para la cual no fue preparada, crear seminarios de padres o grupos de encuentro, "dentro o fuera de las escuelas de padres" sobre los problemas de la educación sexual. Adopten la forma de seminario o grupo de encuentro son reuniones que se realizan bajo la conducción de expertos que trabajan durante una cantidad de horas con participación activa de todos los concurrentes para discutir, dilucidar y ayudar a los padres en la tarea de la educación sexual. Seria falso admitir que basta con convocar a los padres y convencerlos de que deben hacer educación sexual, pues si no lo hacen los niños buscarán otra fuente, para que ésta pueda hacerse de una manera efectiva. Es necesario asistir a esos padres, la tarea es ardua pues sobre muchos de ellos pesan cohibiciones que les impiden dialogar y que es necesario ir liberando en bien de sus hijos.

Esas inhibiciones, inseguridades, tienen variados orígenes: el incompleto conocimiento de los hechos biológicos y de los procesos fisiológicos es uno de ellos.

Piénsese, simplemente en las explicaciones que aparecen en algunas encuestas sobre fenómenos aparentemente tan conocidos por todos como es la menstruación. En general, la explicación se limita a decir a la niña: —"y bien, ya tenemos una señorita9'. Cuando no se agrega: —"trata de que tus hermanos no se den cuenta".

Esta explicación, que puede ser debida a problemas en la comunicación, si se interroga en profundidad al adulto medio, se descubre que sus conocimientos no son mucho más profundos. Es normal, ¿qué hizo la escuela para informarlos? En la actualidad son muchos los que están informados dentro del hogar sobre temas sexuales, pero todavía son más los que están desinformados. La información en general no pasa más allá de saber que el niño se forma en el vientre de la madre (difícilmente conocen el útero y su función específica) lo que lleva a fortalecer otras fantasías del niño, como ser la de creer que el bebe fue tragado y crece en el estómago.

En segundo término, aparecen las limitaciones debidas a la expresión. Faltan vocablos, se conocen los órganos con nombres vulgares, hay expresiones que se refieren a la vida animal y que son transferidas a las funciones humanas, todo lo cual limita la comunicación con sus hijos. El padre no se anima a trasmitir a su hijo la expresión que él maneja.

Por otra parte, es necesario considerar en esa relación con los padres, sus propias vivencias sexuales, derivadas de una educación inadecuada, que cuando más, consideraba la sexualidad en función de la conservación de la especie, pero que pesa con su sobrecarga emocional imposibilitando tratar con serenidad el tema.

Como decíamos en el capítulo I consideramos la sexualidad como un acto humano por excelencia, pues es la forma más íntima imaginable de contacto con el otro; se toma del otro y se da al otro, La necesidad básica de intercambio del hombre tiene en ese contacto una forma profunda y enriquecedora que ayuda al ser en su ascenso a la plenitud.

Los adultos tienen que llegar a vivenciar este nuevo criterio de lo sexual para descargar sentimientos de culpa o cuando menos sus inhibiciones frente a los niños y adolescentes, pues la unión sexual, aún cuando no está al servicio de la propagación de la especie, no es un acto animal, sino un acto profundamente humano.

El diálogo con los hijos implica que los padres hayan adquirido un mayor dominio con respecto a la sexualidad, y hayan aclarado sus ideas y ventilado sus problemas, enjuiciado I fortalecido sus actitudes con la base de conocimientos actualizados, de manera que le sirvan de puntales para la conducta que van a asumir frente a sus hijos.

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