Qué entendemos por educación sexual

Posted by Georgina Barbosa -

"Ya no se trata de saber si nuestros hijos deben estar informados sobre el sexo; se trata sólo de saber si la verdad en lo concerniente al sexo y sus influencias sociales podrá competir con los conceptos falsos que se explotan comercialmen-té, y si podrá hacerlo a tiempo para dejarles una impresión inicial de naturalidad, limpieza y de las ventajas del autocontrol y la moderación" -Williard W. Beatty, "Sex Instruction in Public Schools".

La educación sexual es un aspecto de la educación general que debe estar integrado a la misma, que no se puede separar, relegar, u olvidar sin crear un grave perjuicio en la integración de la personalidad.

El ser humano es impensable fuera de su sexo; somos seres sexuados y debemos ser educados como tales, pues el sexo es un elemento de la personalidad total, que ofrece inmensas posibilidades para la realización del ser humano.

La sexualidad humana no es una propiedad más del hombre. Es decir, en el hombre la sexualidad no se reduce a los órganos y características propiamente sexuales. Que el hombre está totalmente caracterizado por el sexo se puede demostrar biológicamente por el hecho de que el cuerpo masculino y el femenino se distinguen entre sí en todas y cada una de sus células. Examinando la estructura de sus cromosomas el biólogo puede determinar si una porción cualquiera de tejido celular pertenece a un hombre o a una mujer.

De acuerdo a Rubín y Kirkendall la educación sexual no es sólo una unidad de trabajo para enseñar el proceso de la reproducción, como se conciben y nacen los niños. Eso es un aspecto. "Pero la educación sexual tiene un alcance y objetivos mucho más amplios: ayudar al niño a incorporar al sexo a su vida presente y futura de la manera más significativa posible y brindarle una comprensión básica de todos los aspectos de la vida sexual para el momento en que alcance la madurez, ayudarlo a reconocer la existencia de diferentes pautas sexuales para que pueda integrarse armoniosamente con aquéllos cuyas normas sexuales difieren de las suyas y enseñarle a usar su juicio crítico cuando se vea envuelto en controversias de carácter ético".

El objetivo de la educación sexual es fundamentalmente preparar al niño para convertirse en adulto "cuya potencia de amor encuentra su realización más completa en la unión, hecha de ternura y sexualidad con otro adulto de sexo diferente al suyo".

La sexualidad es inseparable de una relación afectiva profunda y ricamente estructurada con su compañero sexual, pero es también inseparable de la imagen que uno tiene de sí mismo, del otro y de la sociedad en que se vive. No hay relación sexual enriquecedora sin una imagen positiva del sí mismo y de su compañero. Esta relación de pareja compromete el equilibrio profundo del hombre y la mujer; por eso la educación sexual es personalización, es humanización y al mismo tiempo responsabilización.

Nacemos niño o niña, esto es un hecho determinado genéticamente; devenimos hombre o. mujer con características particulares. Esto significa que el sexo se educa, que los papeles sexuales de hombre o de mujer se aprenden en la vida del individuo, se adquieren culturalmente de acuerdo a las pautas éticas y sociales de cada sociedad en cada momento de su evolución. En efecto, en nuestra sociedad, no son las mismas las normas que regían en el tiempo de nuestras abuelas que las que regulan las relaciones en el momento actual. No son las mismas las que existen en la actualidad en nuestro país y en otros lugares como lo ha demostrado Margaret Mead en sus estudios de las sociedades de Samoa.

Es en esa evolución, del niño genéticamente sexuado, al hombre o la mujer libre y responsablemente sexuados que se inscribe toda la tarea de la educación sexual

Esta tarea es preparar al niño para ser ese adulto responsable frente a sí mismo y frente a su pareja; responsabilidad que los trascienda como seres individuales para alcanzar a la sociedad en que viven; adulto que se realiza a sí mismo al entrar en comunicación profunda con el otro y ayuda a realizarse al otro, en una comunión de carne y espíritu, de ideal y realidad.

La educación sexual es un terreno interdisciplinario que elabora sus conocimientos con los aportes de varias ciencias y áreas del saber: biología, psicología, sociología, ecología, moral, educación, antropología, etología, etc.

Los objetivos a lograr en este campo, se dan fundamentalmente en tres planos de complejidad creciente:

información o conocimiento

actitudes

comportamiento

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Qué entendemos por educación sexual

Posted by Georgina Barbosa -


I.- La información en lo biológico proveerá de los conocimientos acerca de la constitución y funcionamiento de los aparatos genitales, de la misma manera que se les enseña a los niños la anatomía y fisiología de los otros aparatos y sistemas que forman el organismo humano. Esto que parece obvio, es como veremos en otros capítulos, necesario destacarlo pues los tabúes han llegado a tales extremos que circulan hombres anatómicos de tamaño normal o reducido sin aparato reproductor.

Sus ideas y fantasías equivocadas sobre cómo funcionan los órganos o cómo se producen determinados hechos perduran frecuentemente en forma de supersticiones mucho después que se han comprobado las verdades científicas. El que los niños y los adolescentes logren el conocimiento biológico es un proceso largo y que

necesita reiteradas explicaciones, no sólo porque el mismo conocimiento demanda profundidades distintas de acuerdo a la etapa evolutiva en que se encuentra el niño, sino porque es necesario afirmarlo en la verdad científica, verdad que progresa de continuo gracias a la investigación.

En lo psicológico el conocimiento de lo que se espera sea su comportamiento, y las razones que lo avalan, el conocimiento de sí mismo y de sus actitudes frente al sexo y la discusión del fundamento de las mismas. El conocimiento de las características del desarrollo psicoafectivo que promueven una madurez psicosexual y la convicción de que la sexualidad es una vertiente fundamentalmente enriquecedora de la personalidad cuando se vive plena y honradamente. Este conocimiento, como el biológico, no se nutre sólo de lo conciente; las actitudes y el comportamiento tienen sus raíces en el inconciente, por lo que es necesario encontrar formas de comunicación que lo alcancen.

En lo social, las normas que rigen las relaciones entre los sexos en la sociedad en que viven, y la revisión crítica de los principios o costumbres que las fundamentan, ya que lo sexual es la relación humana ligada al placer que alcanza en el hombre una calidad y variedad especiales donde' el hecho de ser dos, da a lo sexual un enfoque significativamente social. Estas normas las va adquiriendo el niño a través de las actitudes de sus padres y de los adultos que lo rodean; el diálogo acerca de las mismas ayudará a fijarlas, a cuestionarlas, y/o a descartarlas.

En lo ético, impone el conocimiento de la responsabilidad que implica, responsabilidad que es múltiple, pues se abre hacia sí mismo, su pareja, sus descendientes y la sociedad. El educando debe arribar a las elaboración de los fundamentos que convierten a la sexualidad en un terreno en que se vincula con el respeto y la libertad, con la honradez hacia sí mismo y hacia su pare-I ja.

Si el conocimiento de lo biológico es complejo y debe ser reiterado como decíamos, a profundidades crecientes, el de los aspecto psicológicos, sociales, morales, requiere un trabajo de reflexión con los niños y los adolescentes, pues es necesario llevarlos a elaborar, en el plano conceptual, las ideas y los principios que van a servir de base a todo el edificio que tratamos de construir y que se va a reflejar en la conducta sexual futura. El modo de vida de una sociedad y la forma de resolver problemas determinados, en este caso los sexuales, es el resultado de un complejo de factores entre los que no son de despreciar los que corresponden a la historia de esa sociedad y se mantienen por tradición, sobre los cuales debe caer la revisión para construir los nuevos. No se trata de descartar todo por anticuado, es necesario revisar, adecuar, crear.

Esta elaboración conceptual se complica, en el momento actual, porque "la mayoría de los graves problemas que han hecho de la educación sexual un elemento deseable y hasta necesario, son problemas del sexo que no se relacionan con la reproducción."

II.- Se consideran actitudes las tendencias o disposición a reaccionar de manera determinada, más o menos cargadas de emoción, favorables o desfavorables ante determinados estímulos que pueden ser personas, situaciones, objetos, opiniones.

Las actitudes pueden llevar a dos personas a interpretar de muy distinta manera la misma conducta observada, o a relatar de manera diferente un hecho ocurrido en determinado momento y que presenciaron simultáneamente.

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Siete actitudes que es necesario modificar o crear en este campo

Posted by Georgina Barbosa -

1 - La necesidad de evolucionar de una actitud que considera al sexo como primordial-mente de índole física hacia un concepto del sexo como atributo de la personalidad.

2 - La necesidad de evolucionar de un mora-lismo irracional y de actitudes no morales hacia una moral esclarecida (a lo que agregamos nosotros la misma para ambos sexos)

3 - La necesidad de evolucionar de una actitud de silenciamiento, o inversamente de charlatanería, a un conocimiento objetivo del sexo.

4 - La necesidad de evolucionar de actitudes adustas, ceñudas o frivolas hacia una aceptación equilibrada.

5 - La necesidad de evolucionar de una actitud de temor o miedo, o de chocante brutalidad hacia una sincera franqueza.

6 - La necesidad de evolucionar de una actitud de preocupación estrictamente personal, hacia las de reconocimiento del sexo para la sociedad.

7 - La necesidad de evolucionar de una actitud de rígida dominación masculina y subordinación femenina o de considerar a los sexos como idénticos en todo sentido, hacia un respeto ñexible e igualitario de la responsabilidad individual aceptando los valores específicos y peculiares de cada uno.

Es sabido que las actitudes se forman en los primeros años de la vida por influencia del medio en que se desarrolla el niño y de las ideas, costumbres, actitudes, y enseñanzas de los adultos que integran ese medio. Cada cultura tiene sus prescripciones propias al respecto.

La educación necesita conducir y ayudar al niño y al adolescente a elaborar sus propias actitudes frente a los problemas planteados por el sexo, de forma de poderlas analizar críticamente y no aceptar ciegamente lo que el grupo o la moda impone.

Esta revisión crítica de sus propias actitudes y las del grupo puede acentuarse en la adolescencia, ya que la evolución del intelecto en esa etapa, abre la posibilidad de pensar reflexivamente y las urgencias de la maduración los sitúan de lleno frente al problema.

III.- El comportamiento se refiere a la manera de ser y de actuar de los seres, a las manifestaciones objetivas de su actividad. El comportamiento sexual es la forma de conducirse el individuo en las distintas edades frente a lo" sexual. Lo que hace, lo que no hace, los juegos, el enamoramiento, lo que decide, las dudas, las reacciones, los asentimientos o las oposiciones, lo que logra para sí, para su pareja, para sus hijos, la forma de conducir una relación para alcanzar su plena realización.

Es necesario llevar a los jóvenes a establecer un nuevo código que regule la conducta sexual, coherente con los conocimientos proporcionados por la biología, la psicología, la sociología, la moral, la etología y la antropología; que tenga como fundamento la necesidad de crear relaciones interpersonales satisfactorias, ricas, profundas y responsables, antes de concretarse simplemente en la práctica sexual.

El mismo debe ser estructurado sobre bases científicas, enraizado en la tradición cultural y considerado válido por los jóvenes que intervienen en su elaboración y no lo reciben como algo impuesto.

Como vemos, la tarea a realizar con los jóvenes no es simple; no se reduce a una mera información, que ya es algo si se da bien y en momentos adecuados, ni a evitar problemas, tarea a la que parece apuntar lo que se hace (cuando se hace) en la actualidad. Es educar al hombre para que viva plena, feliz y responsablemente su sexualidad.

Como decíamos en la introducción, son los adultos actuales los que tienen que educarse o autoeducarse sexualmente, para lo cual deben llegar al convencimiento de lo valioso de ese esfuerzo. En la medida que lo logren, se ayudarán a sí mismos, ayudarán a sus hijos y trabajarán para una comprensión humana de la sexualidad.

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Un poco de historia

Posted by Georgina Barbosa -

Constatar que el hombre no es ya el planeta privilegiado, alrededor del cual se organizan la familia y la sexualidad, sino que el equilibrio familiar o sexual no pueden ser hallados si la mujer no los halla, ocasiona el desmoronamiento de la antigua cosmogonía familiar.

Andrée Vieille-Michel

Dudamos en incluir este capítulo en un sitio de educación sexual dedicado fundamentalmente a los padres pero al fin lo consideramos escla-recedor porque muestra como hay creencias que se mantienen; a pesar de los descubrimientos; por el peso de la tradición de cuentos o mitos. Al establecer algunos hechos del pasado y del presente se pretende dar una idea somera de los factores que hacen tan compleja como necesaria la tarea de la educación sexual.

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Un poco de historia

Posted by Georgina Barbosa -

Los antiguos mitos del Hombre, de la Mujer y del Hijo, fueron la transposición en lo absoluto de las actitudes que se esperaban del hombre y de la mujer y del niño para responder a los imperativos de esta familia patriarcal. Los hijos permanecieron siempre como menores; incluso adultos, fueron casados por los padres, porque el matrimonio debía concertar dos familias antes que dos individuos. La mujer, casada o viuda, fue igualmente una perpetua menor, a menudo desheredada porque el patrimonio ancestral debía quedar indefinidamente como posesión del mismo linaje y era indispensable que, por su matrimonio o su viudez, sustrajera una parte de este patrimonio con el cual la familia se identificaba. También todas las relaciones sexuales premari-tales o extraconyugales de la muchacha o de la mujer eran consideradas como el más grave de los pecados, porque amenazaban la continuidad de la familia antigua. El nacimiento de un hijo natural, antes o fuera del matrimonio, amenazaba el orden de los nacimientos, es decir, el orden sucesorio. Es por eso que el hijo natural, la madre- soltera, la mujer adúltera sufrieron una suerte particularmente dura, cuando no el castigo supremo."

La familia en esa época era anterior y posterior al matrimonio, se daba en ella, además, lo que se ha llamado poligamia sucesiva, para designar el hecho de que a lo largo de la vida de un hombre, éste solía casarse varias veces. Dice Strátling que una prueba de ello la tenemos en la frecuencia con que los cuentos de hadas hablan de la madrasta (no necesitamos recordar los cuentos n Blancanieves, Cenicienta, etc. en la que la figura de la madrasta cumple el doble papel de sustituir y permitir la idealización de la madre). La muerte de la esposa y madre, no era una tragedia; en los núcleos vecinos había otras mujeres que podían sustituirla en nombre del bien de la comunidad familiar; el hombre que estaba respaldado por un patrimonio conseguía rápidamente otra esposa.

Con la Revolución industrial la situación cambió completamente, pero no se debe olvidar que ésta data de comienzos de siglo, y que los años transcurridos son muy escasos si se comparan con la historia de la humanidad.

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Un poco de historia

Posted by Georgina Barbosa -


— Los jóvenes eligen su pareja libremente y esa elección es precedida de escarceos más o menos largos y complejos, a veces con consecuencia indeseables. La conducta de los jóvenes no se encuentra bajo el control adulto, hay mayor libertad en la relación entre ellos, las costumbres se han liberalizado, y las posibilidades de encuentro son mucho mayores y en lugares no controlados.

— La mujer, en mayoría, trabaja fuera de su hogar, para ayudar al mantenimiento del mismo; la revolución industrial le ha permitido acceder a un puesto de trabajo y en consecuencia, conseguir su liberación de la dependencia masculina.

— Esto pone a la relación de los sexos, dentro de la familia en un plano diferente, el equilibrio no puede ser hallado tanto en lo familiar como en lo sexual, sin la participación activa y consciente de la mujer.

Por otra parte, la concientización creciente acerca de los fenómenos demográficos, del aumento de la población mundial, que se calcula actualmente en cuatro mil millones y para fines de siglo en seis mil quinientos millones de habitantes, de los problemas del hambre y de la posible falta de alimentos. "Nadie sabe cuántos seres humanos puede alimentar la Tierra: tal vez como máximo quince mil millones, dicen los especialistas salvo que se produzca un descubrimiento científico espectacular." Todos estos aspectos han llevado al planteamiento del control de natalidad, problema que ha suscitado enormes polémicas a nivel mundial.

El control de la natalidad permite a la pareja planificar el número y el momento del nacimiento de los hijos, y permite al hombre adquirir su verdadera dimensión ya que da paso a una paternidad responsable a fuer de deseada.

El control de la natalidad, cuando es impuesto obligatoriamente a una población, atenta con la libertad individual; cuando es adoptado libremente por la pareja, aumenta esfa libertad, al permitirle ser responsable de su decisión.

Es evidente que junto a estos fenómenos y no independientes de los mismos, aparecen otros como el divorcio, las uniones no legales, los matrimonios prematuros, las madres solteras, que, al no existir una familia de tipo patriarcal crean a la mujer una serie de problemas que han sido resueltos de una manera más o menos adecuada, pero que implican situaciones muy difíciles tanto para la madre como para los hijos.

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Un poco de historia

Posted by Georgina Barbosa -


"Este es el panorama del aborto voluntario en el Uruguay, problema que debe ser considerado como una enfermedad social con proyecciones en las costumbres, en la moral y en la salud de los individuos."

"El estudio de la evolución del aborto voluntario muestra que por cada 100 partos se realizaron 2 abortos en 1908, 40 en 1925, y 300 en 1963. El ascenso importante comienza en 1936 y se hace franco en los últimos años, guardando un paralelismo llamativo con la curva de deterioro económico de nuestro país."

No tenemos datos de la actualidad, consideramos que esas cifras pueden haber variado; una encuesta en Durazno lo sitúa en 22,2 o/o , pero no debemos olvidar que el medio es más limitado y el porcentaje surge como contestación a una encuesta en la que las personas pudieron ocultar datos. Un informe de "Population" estimaba en 40 millones los abortos a nivel mundial, en el año Internacional del Niño. El Comité de Crisis de Población explica que por año aproximadamente 80 millones de personas se someten a la esterilización voluntaria, 55 millones utilizan anticonceptivos orales, y 40 millones encuentran en el aborto "su solución.

Iniciaremos la consideración de algunos aspectos de nuestra situación; es evidente que la mayoría de las características incluidas en la descripción anterior nos caben:

— la reducción y la temporalidad de la familia

— el aumento del promedio de vida, la expectativa de vida al nacer se sitúa para nuestro país, en 1975, en 70 años y 1 mes

— la baja de la mortalidad infantil

— la dependencia de la economía familiar del trabajo, a veces agobiante de los cónyuges

— la creencia en los valores de la educación

— la creencia en las posibilidades de la infancia y la juventud

— la libertad de la juventud

— la erotización creciente del medio por la im-portanción del material fílmico, televisivo, impreso y la imitación nacional sobre la base de la competencia

— los imperativos de una moda, que no valoriza el cuerpo humano en sus posibilidades, sino que lo hace acentuando su vertiente erótica

— la desvalorización de lo sexual para muchos jóvenes (afortunadamente una minoría), para los que se ha transformado en el

—¿Vamos?...

—Vamos

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