Educación sexual. ¿Obra de quién?

En muchos sitios, desde el ya mencionado de la Dra. Paulina Luisi para citar uno que es nuestro, hasta obras que se publican en la actualidad, vemos repetirse el planteamiento de a quién corresponde la tarea de la educación sexual.

Consideramos necesario reiterar que la "educación sexual" es un aspecto de la educación general, que debe estar integrado a la misma, que no se puede separar u olvidar sin crear un grave perjuicio en la integración de la personalidad.

La educación sexual, en consecuencia es tarea de todos los educadores del niño empezando por los padres a los que corresponde gran responsabilidad, pues de su actitud dependerá que éste se abra a esos y otros planteamientos o se calle para siempre, y continuando por maestros y profesores en la escuela primaria, en la enseñanza intermedia y en otras instituciones educacionales de la comunidad.

La educación, en cada caso se adecuará a la edad de los niños, a su etapa evolutiva, a las necesidades que se hacen manifiestas en determinado momento, a las exigencias del programa en escuelas y liceos.

No es un problema de médico, o de profesor, porque los maestros no están preparados; o de la escuela porque los padres son los no preparados; es un problema de todos los que, de una manera u otra, son responsables por la educación de los niños y de los jóvenes. Algún día, nuestra civilización occidental se preguntará cómo pudo existir una larga etapa en nuestra historia en que se silenció y se consideró tabú un aspecto tan importante de la educación del niño y del adolescente, dejando la misma librada al azar de las informaciones dadas por amigos o por personas más o menos preparadas.

La educación sexual comienza antes del nacimiento del niño; podemos decir que es concomitante con la formación de la pareja. En el capítulo I consideramos tres planos en relación a las adquisiciones en el terreno de la educación sexual, y, según el manejo que se haya hecho de los mismos, los miembros de esa pareja habrán internalizado el sexo de una manera más I menos positiva, poética y realista, y ésta, desde la conciencia o del subconciente, estará determinando sus actitudes y conductas sexuales rente a sí mismo, frente al otro, frente a los actos relacionados y al significado de los mismos.